Como que me está dando la jodiona por escribirles en español, ¿no? Pues tampoco se crean que me queda tan comodito, ya que cada vez que me paso a escribir en la lengua de Gabriel García Márquez me tengo que volver a acostumbrar a la distribución de las letras en el teclado hispánico. Mae, no es por nada, pero ¡qué cochino sancocho se me hace con esta cosa! Diay sí mae... así está la vara.
Pues resulta y sucede que a esta tierra azotada por los malos políticos y peores presidentes, le está dando la temblorina. Y mae, ¡no me mi'haga la barba en seco! Que tampoco son teblorcillos ahí de 2-3 en la escala de Richter; sino de 5-6. Volvemos también a las jodederitas de 200 réplicas al día, temblorcitos bastante seguidos, pa'que no les falte, y meneoncitos serios. Gracias a Dios que nadie ha resultado herido, no hay pérdidas qué lamentar, como pasó ahora el 8 de enero, con el temblor de Cinchona, pero igual. La gente se vé en los pasillos, en los parqueos, y casi-casi que haciendo olla en el parque de la Sabana. Pues sí, los miedosos somos muchos. Vienen las preguntas y comentarios de rigor:
- ¿Lo sintió?
No, y es que créanme, hay gente que no los siente.
- Estuvo fuerte.
- Esa cosa sonaba horrible.
- Yo solo ví donde esa atarantada salía corriendo...
Y luego la discusión de cómo estuvo exactamente el temblor. Que si se hizo para un lado, si se hizo para el otro, que cuándo fue la parte más fuerte, que si fue profundo, o superficial, de Golfito o de Heredia... Pues ahora oyendo las noticias (Telenoticias por el 100.7), resulta y sucede que los meneos de ayer y antier son producto de nada más y nada menos que la inquieta Placa del Coco. La misma plaquita tectónica que se puso a hacer loco con la Placa del Caribe allá por 1991-1992 y nos tuvo con temblorcitos fuertes todos los meses y una buena ración de temblocillos de "poca monta" diariamente. Mae, es que si a todo tico le dieran un colón por cada temblor que se tiene que bancar, en ese año se hubiera acabado la pobreza en Costa Rica.
Pues bueno ahora no es con la Placa del Caribe, sino con el Bloque de Panamá que se nos ha puesto a hacer loco. Mae, no es por nada, pero ¡qué pega! ¿Eso significa que volvemos a los temblores diarios? Menos mal que para Semana Santa me desaparezco dos semanitas, porque la verdad es que no estoy yo para estos trotes. De verdad, si no es la corrupción y el descaro de los políticos, es la madre naturaleza. Como que mi abuela tenía razón: ya está aquí el fin del mundo, porque esto, de verdad que es el acabose.
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