Jun 29, 2010

Parqueando en Doble Fila

La primera vez que llegamos al edificio y vimos los modernos y superinteligentes parqueos del nuevo edificio, me acuerdo haber pensado „Qué dicha que no tengo carro, porque yo no quisiera quedarme pegada detrás de algún sonajas...” Y bueno, no quiero yo y no quiere nadie, pero diay, así fué como se inventaron los parqueos en este edificio inteligente. Bueno, al menos uno se imagina que tienen un sistema superinteligente para que todo esto funcione. Que cuál es ese sistema super-eficiente e inteligente con el que trabajan, cuando no hay valets oficiales a los que se les deje la llave de los carros que parquean delante de otros para que los muevan en caso de necesidad, y que respondan con la vida por cualquier cosa que le pase al carro, incluyendo rasponcitos en el bumper, eso sólo lo sabe la araña.

Ahí sí vimos que los guardas se afanaron el primer día con boleticas para llegar con el nombre, número de teléfono y placa del carro, para localizar al dueño por cualquier cosa. La idea no sería taaaan mala, o sea que si el carro está atravesado se llama al dueño para que mueva su reluciente y delicado anafre del camino, si no es porque sabemos que los ascensores duran más que una procesión a Cartago desde La Cruz de Guanacaste de rodillas, y que las gradas marean más que un cuarto de madera cerrado y recién barnizado, sin tomar en cuenta el tiempo que le tome al conductor despegarse de la compu, hacer olla con los compañeros, detenerse porque el jefe lo llama para que revisen algo de lo que sea en lo que están trabajando “que es rapidito, sólo unos detalles, pero urge”, y todo eso tan propio del ICE y que no hay edificio inteligente que contrarreste.

Pues resulta y sucede, y esta es una historia verdadera y real y pasó en la vida real, que el viernes el compañero que me ofreció ride a Heredia se quedó atrapado en el edificio hasta las 6 pm. Así es. Bajamos a la hora oficial de salida, llegamos al carro y vimos este Almera color como beige, o champagne o quién sabe qué nombrecito pipirináis le habrán puesto (¿por qué no hay carros de colores decentes como blanco, negro, azul, verde, café?), muy orondamente parqueado en frente del carro del muchacho este, y bien pegadito, como quien parquea acostumbrado a darle para atrás hasta pegar con lo que sea que ya no lo deje moverse más. Como no hay de otra, baja el compañero al puesto de los guardas (porque el carro estaba en el piso 3) para que llamen al dueño de la panga para que la mueva. ¿Y qué creen que pasó? Que resulta que en los guardas no tenían la menor idea de quién será el dueño del carro, mucho menos del número al que se puede llamar para que aparezca el sonajas y quite el estornaco del camino.

Sube el compañero seguido del guarda con un manojo de papeles, como para demostrar que busca pero que igual no encuentra al dueño. El compañero estaba molesto y con mucha razón. Para entonces se había ido el carro de al lado, pero el compañero había parqueado muy cerca de la columna, sin contar con que el Almera prácticamente le parqueó el maletero al compañero sobre el capó.

- Si quiere yo se lo saco – le dijo el guarda, calculando que el carro del compañero es una pulga.
- Sí, - le dijo el compañero - ¿y si me lo raya me lo paga?

No hubo respuesta, sólo una repetición de la oferta.

A mí se me ocurrieron dos de las técnicas “infalibles” que aprendí en tierras muy lejanas. Bueno, para una hubiera ocupado que el piso del parqueo estuviera cubierta de hielo. Así se le hubiera dado vuelta al volante del carro lo que diera (para el lado al que se sale, obvio), se mete el freno de mano y luego el gas a full. El carro derrapa y se sale en 90° . Con esta infalible técnica probablemente hubiera dejado parte del carro en la columna, y al no haber hielo, las llantas en el concreto. La otra infalible técnica - observada en el momento de ser puesta en acción para ampliar un espacio de parqueo -  que el compañero no estuvo dispuesto a ejecutar, era empujar el carro suavecito hasta pegar con el Almera, y luego empujarlo fuera del camino. Claro, pega si el Almera tiene el freno de mano puesto, pero eso no es nada que una  fuerte pata’e chancho no pueda arreglar. (Por aquello, cuando traiga carro, ya saben NO SE PARQUEEN FRENTE AL MIO.) Nos quedamos un rato esperando al dueño del carro pero nada. La pregunta a esas alturas era ¿quién será ese desgraciado hijo de vecino que trabaja hasta tarde un viernes?

Marinados en rabia, el compañero y yo subimos nuevamente al 15, donde buscamos en el Registro Nacional al dueño del anafro, luego en el directorio del correo y le mandamos un amable correo, todo en mayúsculas para que moviera la carcacha. Como no hubo respuesta al correo, y buscando evitar plantar el primer fantasma en el edificio - porque ya el compa lo iba a dejar hecho ceviche - , bajé piso por piso buscando al individuo. Cuando llegué al 10, finalmente encontré a alguien que lo conocía y que me dijo – media hora después que le enviamos el correo – que recién acababa de bajar. Traté de alcanzarlo para decirle hasta de lo que se va a morir él y toda su descendencia, pero cuando llegué al parqueo se había esfumado él y la lata que maneja.

Ya cuando se me fue pasando el enojo (ayer), me puse a pensar qué pasaba si ponía la queja. Si le digo al tipo del Almera que vergüenza le debiera dar ser tan inconsciente, y que si no es capaz de ser responsable con la carreta que maneja mejor usa el bus, total ese no lo tiene que parquear, se me ocurrió que, con mucha razón el chamaco me puede decir que a él nadie le avisó, que él dejó los datos (si los dejó) y que él asumió que si el carro estaba estorbando lo iban a llamar para que lo moviera. Total, si a la gente se le olvida en qué piso parquea, ¿cómo no se le va a olvidar si lo dejó enfrente de otro carro? Si le reclamo a los guardas, lo que me van a decir es que a ellos les pagan por ser guardas, no por parquear carros, y que ellos cumplen con recoger las boletas, que si no las llenan eso ya es responsabilidad del usuario. Obvio podría ponerle la queja al arquitecto por ser tan bestiburro de inventarse parqueos como esos, pero si no se me ríe en la cara me va a decir que cómo se organicen es cosa del ICE. Podría decir le al ICE, claro, pero entonces o me dicen que es culpa de los guardas o es culpa del dueño del Almera, o nos mandan un correíto hablándonos de cómo van a hacer “más eficiente” el parqueo con un nuevo plan piloto. Probablemente nos dicen que es un caso aislado. Uhum. Caso aislado. ¿Y si hay una emergencia?  -  Llamate al 911, ¿o qué? ¿Sos la Cruz Roja? - ¿Y si me tengo que ir porque se me enfermó alguien en la casa?  - ¿Y vos sos el médico? No, no, llamate al 911 y volvé al trabajo - ¿Y si resulta que me dieron permiso para ir a hacer un examen a la U? - Le explicás al profesor, total siempre son comprensivos -  ¿Y si tengo que llegar a tiempo para dar clases? - Llama y le dice a los estudiantes que lo esperen. Total, es un caso aislado -  ¿Y si hay que ir a recoger al mocoso que salió más temprano de la escuela? - Mande al marido -  ¿O si la muchacha que cuida a los chamacos se tiene que ir a una hora determinada para la casa? - Que se los dejen con su mamá -  ¿Y si tenemos que llevar a uno de los tatas al hospital para que le hagan unos exámenes que está esperando desde hace dos años? - No sea tan agarrado, la Clínica Católica tiene muy buen servicio y no tiene que esperar tanto -  ¿Entonces qué? ¿Traemos tequila y sal porque nos toca chuparnos un limón?  - Mirá, no se puede porque no se puede consumir alimentos ni bebidas en el edificio, sólo en el piso 2 -

Como nadie va a cargar con las culpas, nadie se va a hacer responsable, me parece que es hora de que nosotros tomemos cartas en el asunto. Simplemente lo que hay que hacer es NO PARQUEAR en los campos del fondo. ¿Y si sólo hay de esos? Facilísimo, parqueamos en el de afuera y que cuando se llene el parqueo nos llamen para mover el carrito para que ese otro soplas sea el que parquee atrás. Eso o le ponen al carro uno de esos mataburros que vienen ya con todos los animales que se han levantado en el camino incrustados, y si tienen que salir, sin ninguna pena aplican la técnica “déle un empujoncito al compa de enfrente” (no olvide complementar su confiable mataburros con una buena pata'e chancho para los caso dificilitos). Con suerte eventualmente mandarán al parqueo a la escuela para que se ponga inteligente, como el resto del edificio, o se pondrá tan tonto como los parqueos que teníamos antes, que con todo y todo nos funcionaban de maravilla.

*copied fom an e-mail sent this morning by me.

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